... Y se reflejaba en ellos, mientras poco a poco se tornaban más vidriosos, queriendo de ellos salir un lágrima, de amor, de rabia, de pena... de soledad.
Sus manos entrelazadas, no dejándose ir jamás.
Pasos de anhelos, de placer, de frío, de nerviosismo, de dudas, alegría, reencuentro...y añoranza, de dulces recuerdos que han de permanecer entre mis almohadas hasta que el viento de que s{e yo algún mes se los pueda llevar y tapar con las hojas de estación, con su lento degrade, todo lo que fué, todo lo que hubo, y lo que hay, aunque su aroma por siempre embriague a los eternos caminantes...
Te adoro con la misma persistencia de hace dos años y medio =)
miércoles, 17 de septiembre de 2008
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